lunes, 27 de julio de 2009

EL PREDOMINIO DE LOS POLÍTICOS

En una entrevista que el diario Las Provincias realiza al profesor Santiago Grisolía, éste a la pregunta de si acepta el cierre de Garoña dice: No, todas las energías son necesarias. Lo que es absurdo es que se creen órganos consultivos para no hacerles caso. Los políticos actuales lo saben todo y no consultan.
Me quedo con la última parte de la respuesta que me parece muy significativa y que evidencia que el profesor es sus contactos actuales con los políticos aprecia la suficiencia que les caracteriza y que desde el punto de vista de mis preocupaciones, manifiesta que desde la llegada de la democracia a España, quizá, se han producido distintas consideraciones por las que la función pública y su papel ha desmerecido sensiblemente. Y ello no obedece sólo a que los funcionarios puedan despretigiarse por sus conductas, sino que en los esquemas actuales de ejercicio del poder al político le viene bien, en cierto modo, que sea así, porque algunas moscas cojoneras no les caen muy bien, sobre todo si están protegidas por su inamovilidad en el puesto. Por ello resulta estupendo, no sólo el crear espacios orgánicos sometidos a derecho privado que facilitan actuaciones que de ningún modo permite el derecho público y sus principios de control del gasto público, sino que los funcionarios no sean considerados algo distinto que un trabajador o un directivo de empresa, porque, entonces, se someten no a la ley y el derecho, cosa propia del obsoleto modelo burocrático weberiano, sino a lo que el político quiere, el cual, además está "más legitimado" y lo sabe todo.
Risa me da, por no llorar, ya que una cosa es el modelo burocratico weberiano y el sometimiento de los poderes públicos al Derecho y otra cosa son los vicios de la burocracia en su acepción vulgar de papeleo y exceso en trámites innecesarios o de creación de absurdos requisitos y normas, que precisamente es en la empresa privada donde son más un sin sentido y es mi experiencia que este vicio se produce igual en las empresas privadas y, como digo ,de modo más absurdo que en lo público.
En definitiva, políticos que mandan más que nunca, con personas de su confianza y por ellos designados, y que lo saben todo son nuestros verdaderos directivos públicos. Mientras el presupuesto público aguante.......

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